Guitarra Negra

Decir Guitarra Negra es decir Alfredo Zitarrosa, nombre que nos lleva a una vida que fue recogida en libros, evocada en rueda de amigos, narrada por quienes estuvieron junto a el desde que comenzó su tránsito por el mundo de la comunicación en calidad de locutor en radio El Espectador.

Pretender hablar de su trayectoria, de sus composiciones, de sus dolores y alegrías, de los homenajes recibidos no es la idea para esta columna.

“Guitarra Negra”, otro homenaje al canta autor compatriota, es un programa de relevamiento, formación y difusión de artistas emergentes en el área del folclore y el canto popular de la división “Promoción cultural de la Intendencia de Montevideo”.

Todos los años se otorga el premio Guitarra Negra en distintas categorías y la semana pasada hubo actuaciones de los aspirantes al galardón.

Se presentaron dúos y solistas de los departamentos de Canelones, Paysandú, Cerro Largo, Colonia, Treinta y Tres, Lavalleja y Montevideo. Interpretaron tres  temas cada uno y de esa etapa surgían los artistas y participantes de la final del concurso Guitarra Negra.

Quienes sientan que tienen condiciones y ganas de convertirse en un posible Guitarra Negra, aquí está la oportunidad de concurrir a las clases gratuitas que se imparten todos los sábados de 9 a l5 hs.

Allí, a través de calificados docentes, entrarán en el mundo de la historia del arte, la poesía, la canción, la armonía.

Confieso que poco sabía de esta propuesta para artistas emergentes que encuentran de esta forma la oportunidad de ir desarrollando su talento y creatividad a través de los cursos de los sábados.

El 7 de diciembre seis Cantoras (ese fue precisamente el nombre de este acontecimiento artístico) brindaron un reconocimiento a la participación de la mujer en el canto popular.

Las que tuvieron a su cargo este recorrido musical y poético: Analia Pérez, Clarisa Prince, Guadalupe Romero, Carmen Morán, Maine Herno y Patricia Robaina.

En sus voces estuvieron presentes Amalia de la Vega, Mercedes Sosa, Violeta Parra, Lágrima Ríos, Eladia Blásquez, Chabuca Granda y Vera Sienra presente en la sala y a quien se le brindó un cálido homenaje.

Luego de varios años de trabajo, Guitarra Negra vio la luz en Madrid en el año 1977, luego fue editado en México y en 1985 en Uruguay y Argentina.

Creo que no nací para vivir fuera del Uruguay. No sirvo para eso.

Solo un hombre, un poeta en medio de tristeza y soledad puede hacer partícipe a la muerte de su Guitarra Negra:

“Hoy anduvo la muerte entre mis libros, buscando

mi pasado, buscando los veranos del 40, los muchachos bajo la manguera, las siestas clandestinas, los plátanos del barrio

asesinados, tallados en el alma…”

Alfredo Zitarrosa volvió a su amado Uruguay en 1985. Falleció en 1989.

Hasta la próxima.

Que seas feliz.

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