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Elegante drama de elipsis,silencios y miradas

Elegante drama de elipsis,silencios y miradas
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El hilo fantasma (Phantom Thread), USA 2017. Dirección y libreto (y fotografía no acreditada): Paul Thomas Anderson. Música: Jonny Greenwood. Con: Daniel Day Lewis, Vicky Krieps, Lesley Manville, Camilla Rutherford, Gina McKee, Brian Gleeson. Estreno: 22.02.2018. Calificación: Muy buena.

 

Son los años 50 en un elegante barrio residencial del centro de Londres, y desde el inicio El hilo fantasma nos invita a conocer a uno de los personajes más extraños e insólitos que nos ha mostrado el cine contemporáneo, el diseñador de modas Reynolds Jeremiah Woodcock (Daniel Day-Lewis). En esa primera secuencia el puntilloso sujeto se asea, se viste y desayuna con el esmero que luego veremos lo caracteriza en su diario vivir. Ese rito es llevado a cabo con extrema naturalidad, como si fuera parte indisoluble de su propio ser. El hombre vive con su hermana (Lesley Manville), mujer de porte férreo y gélido, con quien Woodcock ha construido una firma familiar de alta costura, convertida en estandarte ideológico de todo lo que ansiaba la Inglaterra de la primera mitad del siglo 20: el logro de una belleza atemporal, con la tradición como base y la vanguardia en el horizonte. Pero en medio de su rutina Reynolds conocerá a una mesera, Alma (Vicky Krieps), mientras desayuna en un hotel de carretera, y su vida cambiará.

En su primer encuentro delicado y enigmático vibra una sensualidad tan circunspecta que tomará el resto del film entender en forma cabal la ambivalente relación amorosa que surgirá entre el protagonista y su musa. Y eso no es un error de la película sino una de sus máximas virtudes, porque del sutilísimo misterio planteado desde ese inicio surge una mezcla de tirantez estética, éxtasis mutuo y supremacía patriarcal, que propiciará una relación embrujadora, en la que los roles cambian constantemente. Como en otro gran título de lo que va de esta temporada (3 anuncios para un crimen), el libreto premeditadamente no ayuda a entender a los personajes, sino que propicia cambios en ellos que desafían la curiosidad y los prejuicios. Comenzando por el propio Woodcock, hombre de apariencia diáfana y psicología turbia, cuya distinción deja entrever la posibilidad de un peligro mortal, generado quizás por un dolor largo tiempo reprimido.

Por el lado de Woodcock surge un segundo gran valor de la película, ya que se diría que el personaje está construido desde la nada por el director y libretista Paul Thomas Anderson (Juegos de placer, Magnolia, Petróleo sangriento) y especialmente por Daniel Day-Lewis, quien tiene en El hilo fantasma una hoja en blanco para crear una criatura a la medida exacta de su talento. Si llega a ser verdadero su anuncio de retiro del cine el resultado es portentoso, y por eso mismo nos estaría provocando un amargo sabor de boca, al quedar en evidencia la abismal dimensión del vacío que esa ausencia propiciará. Más allá de esa impresionante labor (y las que ofrecen sus dos estupendas compañeras de reparto), parece casi imposible resumir al futuro espectador la trama de El hilo fantasma sin caer en inoportunas revelaciones o desubicaciones, ya que es una película poblada por elipsis, silencios y miradas en la que lo fundamental es todo lo que no se dice ni se ve, y también el pasado del protagonista, que constantemente vuelve en medio de evocaciones espectrales que se intuyen a medida que avanza la trama. Sólo conviene adelantar que el film arranca con el relato de una historia de amor y termina buceando en pasiones morbosas. En el medio, y en un plano más hondo, detalla el proceso creativo de un artista que parece dividido entre su inspiración más genuina y los prosaicos embates de la moda, que parecen atosigarlo.

Todo es más claro y sencillo en lo que tiene que ver con esa joven que aparece por accidente en su vida, y que pasa a vivir en una casona vigilada por una inquietante mujer y acechada por recuerdos pesadillescos. En toda esa zona del tema hay ecos de Rebeca, una mujer inolvidable de Hitchcock. Nominada sorpresivamente -aunque en forma justiciera- para seis Oscar (película, director, actor, actriz de reparto, vestuario y música) El hilo fantasma presenta a Paul Thomas Anderson totalmente recuperado del mayúsculo traspié de su anterior Vicio propio. Mientras tanto, merece una mención especial su nueva colaboración con el músico Jonny Greenwood que, como en Petróleo sangriento o The Master, ha entendido el enlace que debe existir entre la música, el sonido y el silencio, propiciando con ello la creación de atmósferas discretas (algunas en el estilo de Erroll Garner) y enrarecidas, en clara sintonía con los complejos seres que pueblan esta notable película, la cual merece una segunda visión para exprimirle así sus secretos más inquietantes.

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Amilcar Nochetti Tiene 58 años. Ha sido colaborador del suplemento Cultural de El País y que desde 1977 ha estado vinculado de muy diversas formas a Cinemateca Uruguaya. Tiene publicado el libro "Un viaje en celuloide: los andenes de mi memoria" (Ediciones de la Plaza) y en breve va a publicar su segundo libro, "Seis rostros para matar: una historia de James Bond".