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Danza contemporánea: Por dentro

Danza contemporánea:  Por dentro
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A fines de marzo se inauguró en la Fotogalería del Teatro Solís la exposición en la que el fotógrafo y cineasta Nacho Seimanas presenta su experiencia documentando en imágenes fotográficas los ensayos de varios grupos de danza contemporánea a lo largo de los últimos años. “Por dentro es el título de la narración visual sobre procesos de investigación y creación vinculados a la danza contemporánea en el medio artístico de Montevideo y México. La semántica del nombre de la muestra dialoga con las fotografías realizadas por Nacho Seimanas entre 2013 y 2017, a partir de lo que el autor expresa: ‘Hay mucho que no se ve cuando se llega a la presentación en público y que es valiosísimo’”, así comienza la presentación de la cincuentena de obras que forman la exhibición el curador de la misma, Marcelo Sienra. Quien, en el mismo texto, valora: “Una estética del movimiento representado en la imagen fija visualizada a través de la monocromía de las fotos, los diferentes tonos de radiación del blanco y el negro en la captura de la realidad que se extiende en el tiempo y en el espacio más allá de la representación escénica”. He aquí el diálogo que mantuvimos con el artista visual a propósito de este trabajo.

 

¿De dónde surge esta muestra fotográfica?

Es un proceso que empecé hace cinco años, este proceso de la danza contemporánea. Si empiezo a arrastrar para atrás, viene desde que me gusta la fotografía. En concreto, hacía mucho tiempo que la danza contemporánea me llamaba la atención desde el punto de vista visual y como un tipo de arte que me interesaba pero que no llegaba a entender del todo. Se dieron algunas casualidades; justo cuando estaba pensando que quería hacer algo o vincularme con la danza contemporánea, conocí a una directora, de casualidad, y me invitó  que fuera al proceso de un ensayo, y fui sin saber qué querían de mí. Ella tampoco sabía, solo me invitó a participar del proceso. A partir de ahí, en 2013, me vinculé al mundo de la danza contemporánea.

¿Cuál fue la búsqueda y los hallazgos que tuviste en los cinco años que te llevó conseguir el material?

En estos días estuve pensando en eso. Me vinculé por el hecho de empezar a sacar fotos de danza contemporánea sin saber para qué. No tenía el objetivo de hacer esta muestra, que ahora se da porque llegué a tener un volumen de cosas que luego tuve ganas de mostrar. Pero no tenía un objetivo. Empecé a sacar fotos sin saber para qué, y empecé a entender más de qué venía la mano y me empecé a vincular con gente que trabaja en esto, con coreógrafos, bailarines, escenógrafos, y trabé amistad con muchos de ellos.

Quizás esto tenga que ver con el título de la exposición.

El título viene de ahí, justamente. Siento que estoy por dentro, que soy parte del equipo, parte de la movida. Me sentí siempre totalmente a gusto, no como alguien externo que fuera a sacar fotos sino como parte del team, como parte del grupo. Tanto es así que inclusive me invitaron a participar en dos obras, acá en el Solís.

Y la muestra no es sobre una sola compañía, estuviste en varias obras hechas por diversos grupos.

Acá en Uruguay no hay lo que se dice compañías de danza contemporánea; hay grupos más o menos armados, aunque no son cuerpos estables. En general los coreógrafos, que son en su mayoría mujeres, trabajan a lo largo del tiempo con el mismo equipo y así se arma un proceso de trabajo, pero no hay compañías de danza. Así como me fui vinculando con unos también fui conociendo a otros, y enterándome de las cosas que había. En la segunda obra en que estuve, un amigo que también estaba me dijo que ya que yo estaba haciendo fotos de danza contemporánea podía también sacar fotos en la otra obra en que él estaba. Yo conocía a la directora, fui y le pregunté si podía sacar fotos, y me dijo que fuera, que claro. Saqué miles de fotos de Multitud, e hice videos.

Tuviste distintos abordajes visuales.

Sí, claro. Saqué fotos de muchos ensayos y de las presentaciones, pero esta muestra es solo de ensayos.

La fotografía tiene que ver con el ojo, obviamente. Con la mirada. Eso se percibe: tu búsqueda a través de la mirada.

Me sentí muy a gusto con que los participantes se reapropiaban. Es decir, les gustaba mucho lo que yo veía, y les interesaba mucho mi feedback, digamos.

Me comentabas que había una…

A una obra a la que también me invitaron a participar sin tener claro cuál iba a ser mi papel, —obviamente que sacando fotos pero sin saber bien para qué— llevé las fotos impresas que ya había sacado, y las incorporaron a la escenografía. Después tomé fotos de la gente performando sobre mis fotos. Era una obra en la que se trabajaba mucho el concepto del presente, con las fotos de lo que había pasado en ese mismo lugar pero en otro momento.

¿Cuál era el título de la obra?

Se llamaba Solo a domicilio, es una obra que se hacía en casas particulares.

Y eso te llevó incluso a otras tierras.

Estuve en México el año pasado, en un festival de danza contemporánea. El año pasado, acá, en febrero, hubo un encuentro de jóvenes creadores de danza contemporánea al que me invitaron a filmar. Estuvo buenísimo; me dijeron que fuera a filmar pero no me pidieron un proyecto concreto, entonces pude filmar lo que quise. Quedé muy conforme. Uno de los participantes en ese encuentro organizaba otro en julio, en México; me hice amigo de él y me comentó que uno de los problemas que tenían era que no estaban muy a gusto con la gente que iba a filmar los encuentros.

Por ahí tuviste una integración en el sentido más amplio de la palabra.

Estaba haciendo videos, no fotografías. Tiene que ver pero no es lo mismo.

Cuando te planteaste hacer esta exposición, ¿cuál fue tu norte, si lo tuvieras que expresar en palabras?

La idea de mostrarlas surgió en México, cuando me invitaron a este encuentro. Entonces pensé que tenía que hacer algo más que filmar. En el centro cultural donde iban a hacer ese encuentro propuse hacer una muestra, esta misma, Por dentro, pero con solo veinte fotos. Las expuse ahí, en un pueblito de México. Ahí surgió la idea, cuando vi las fotos expuestas.

Eran menos fotos que ahora.

Casi todas las fotos que estuvieron en México están acá también, más otras veinticinco o treinta.

El proceso de selección fue bastante arduo.

Es difícil. Saco muchas fotos. La ventaja del digital es que podés sacar muchas fotos, y la cantidad de disparos no es un factor limitante. Me acostumbré a eso, y me gusta, me gusta sacar de más y después hacer el proceso de selección en la computadora. Cuando uno sacaba en negativo tenía un costo muy caro, y eso te limitaba a la hora de sacar, y la propia forma de sacar era distinta, más meditada, porque te dolía cada foto que sacabas.

Vos venís de eso.

No es que sacar fotos en digital sea gratis, ojo. Tiene un costo de almacenamiento, que capaz que es lo menos costoso, pero también tiene un costo en el tiempo que después te lleva procesar el material. Pero te permite disparar con más liviandad, y así surgen cosas que no las ves en el momento de disparar y que sí las ves después. En general hago una selección medio en el aire, al vuelo. Publico en redes sociales a medida que voy sacando, y ahí tengo un primer filtro. Me gusta mucho publicar en Facebook, en Twitter.

Vas agarrando una idea de edición.

Ahí tenés el primer filtro. La primera selección que hiciste, por algo es. Cuando empecé con esta muestra, empecé con la selección que ya había hecho. Así y todo, volví a los originales. Guardo todas mis fotos; las miles de fotos que saco las guardo todas. Me ha pasado muchas veces de pensar, al volver a ver los originales, que una foto no la elegí en su momento pero que en verdad tenía algo. Seleccionar las primeras veinte fue un drama, pero llegué, y cuando se dio la posibilidad de hacer esto en el Solís, me dijeron que les interesaba pero que tenían que ser cincuenta y cuatro fotos. Yo ya estaba enamorado de esas veinte, pero sin duda tenía treinta y cuatro más. Ahí volví a ver lo que había descartado la primera vez, no todo, pero mucho sí.

Me comentabas también que hay otra imposición de la fotografía digital: tomaste la determinación de hacer las fotografías en blanco y negro.

Fue una decisión por el lado de tratar de unificar el discurso estético. Son fotos tomadas en lugares muy distintos, en condiciones de luz totalmente diferentes. No le encontraba la unidad, si bien la unidad es el tema, entonces opté por el blanco y negro por un tema de estética, y eso, a su vez, despertó otras cosas. La fotografía en blanco y negro se percibe de forma distinta que la fotografía a color, y son más conscientes las formas y los encuadres. También me pasa que impresas se ven distinto que en la pantalla. Ahora que las veo colgadas, descubrí muchas cosas más en las fotos.

Es un proceso que todavía está en movimiento.

Inclusive ponerles el paspartú, el borde blanco, las cambia totalmente. Las aísla del entorno, se focaliza el encuadre.

¿Qué fue lo que captaste ahora viendo el producto terminado?

¿Qué me llama más la atención?

Tanto con respecto a ti mismo como a las fotos.

Lo que veo siempre es mucha conexión con cosas profundas. No es trivialidad, está todo muy conectado, muy equilibrado, profundo.

Consciente.

Sí, pero también a veces se busca lo no consciente.

Natural, pero equilibrado. Los cuerpos están en movimiento, pero muy aplomados, bien puestos en el mundo. Y a su vez la mirada, una mirada de concentración, que va más allá.

Mirada para entender. No sé si llamarlos bailarines, porque los que hacen danza contemporánea no son bailarines. Performers, pueden ser. Son artistas escénicos, pero no son intérpretes, no interpretan un personaje, es como que viven lo que hacen.

Es un proceso muy vivencial, se construye entre los que de alguna manera lo van interpretando.

No he visto mucho ballet clásico, pero por las pocas cosas que vi, veo que es muy importante la forma. No digo que sea más importante que el contenido, pero la forma es muy importante. En la danza contemporánea, si bien es importante la forma, se va más a lo profundo.

La exposición guarda cierto orden cronológico, ¿no es así?

Esta galería es muy particular en el sentido de que no tiene un recorrido único y circular. Traté de poner las fotos en un orden mío, que es cronológico, pero el espectador puede hacer cualquier recorrido. Acá viene mucha gente que viene a ver la galería, pero también viene gente a ver las funciones y ve las fotos de pasada. La mayoría de la gente viene a ver las funciones y ve las fotos cuando está entrando al teatro, y ve las fotos que le tocan. Pero me dijeron que viene mucha gente a ver la galería, también.

Por dentro, de Nacho Seimanas. Martes a domingos de 11 a 20 horas. De marzo a julio de 2018. Fotogalería del Teatro Solís, Buenos Aires esquina Juncal. Montevideo.

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